Las estimaciones en este momento de la temporada
premonzónica, con la mayoría de las expediciones de camino a Katmandú,
hablan de más de 500 cumbres durante los pocos días de buen tiempo en que el
Everest se ha dejado subir. El blog de Alan Arnette dice que 389 personas alcanzaron la cima por la
vertiente sur y 148 por la vertiente norte, en total 537 personas en la cumbre
este año, muy similar a los años precedentes.
Entre los últimos ascensionistas, destacan: el
estadounidense Conrad Anker, los argentinos Mariano Galván y Damian Benegas quienes consiguieron cumbre sin oxígeno
(envasado) por la ruta normal de la cara sur. Algo que no pudo completar en su intento de
ascensión rápida Chad Kellogg, quien alcanzó 8.600 m.
En la vertiente norte, además del intento sin
oxígeno fallido del australiano Andrew Lock, el húngaro Dave Klein tuvo
que renunciar a su tentativa de cumbre sin utilizar O2.
Aun quedan en la montaña en un aislamiento similar a los años ochenta, un privilegio y a la vez una tortura ya que están desde el comienzo de la temporada, viendo pasar al personal de las compañias de aventura asistidos por los numerosos empleados y utilizando oxigeneo envasado masivamente, mientras les han ocurrido varias desgracias, Ferran Latorre, Nacho Orvis su sherpa Retemba y dos ecuatorianos uno de los caules subirá con oxígeno
y acompañado de su sherpa, mientras el otro, Patricio Tisalema, intentará una ascensión
exprés en menos de 24 horas y sin oxígeno mañana martes 29 de mayo y los españoles lo harán el 30.
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